En respuesta al artículo de Javier 

Lucio Álvarez
S. L. De El Escorial
22.12.2024

UN ACTO DE AIKIDO, UN ACTO DE AMOR

RESPUESTA.

Lo primero es lo primero. Ante todo, Javi, desearte una pronta y eficaz recuperación, y un pronto retorno a los tatamis. Se te echa de menos, que me lo han dicho.

Y, por supuesto darte las gracias por tu escrito, la intervención de los alumnos con sus opiniones es siempre, siempre, muy bien recibida, una fuente de conocimiento. Productivo intercambio de ki, no solo de ideas…

¡Ahí vamos!:

¡MASAKATSU AGATSU KATSUAYABI!

(La verdadera victoria es la victoria sobre
uno mismo aquí y ahora)
Lema del Fundador y de nuestra escuela.

Ciertamente mis aseveraciones pueden resultar algo rotundas. No puede ser de otra manera, estamos tratando de Unidad, Armonía, Amor con mayúsculas, de verdad, sin peros, sin condiciones. En el nivel de conciencia mundano, todo es relativo, fraccionable. Pero, si la unidad se fracciona… Si hay discrepancia, disparidad… ¿Podrá llamarse Amor a amar esperando reciprocidad? Si amamos esperando algo a cambio, por poco que sea…
Si consciente o inconscientemente pretendemos imponer nuestras ideas, nuestras opiniones, nuestra visión, nuestra interpretación. “Nuestra razón”. ¿Armonía? ¿Unión?…

Hay que entender además que el criterio de un maestro de cualquier senda mística, sean el maestro y la senda del tipo y nivel que sean, no es cuestionable, no puede serlo. El maestro transmite su propia experiencia íntima y directa en esa senda. ¿Quién puede contradecirle? Podrás aceptar o no su criterio, creerle o no, seguir o no sus enseñanzas, pero jamás cuestionarlas. Son sus vivencias, las suyas, y te las ofrece desinteresadamente…

Precisamente por eso, cuando se trate de la interpretación de las palabras y enseñanzas de un tercero, Morihei Ueshiba en este caso, si el maestro, independientemente del grado que ostente, es sincero, pedirá al discípulo que las lea él, que él las estudie y trate de entenderlas consultando a otros más expertos si le fuese preciso, pero extrayendo sus propias conclusiones. En la actualidad es fácil encontrar fieles traducciones al castellano del mensaje del Fundador. ¿En quién mejor podemos fiar? Ahí va alguno de sus postulados:

“El secreto del Aikido es expulsar toda la maldad de nuestro corazón… El Aikido es la manifestación del Amor. El Amor nunca lucha. El Amor no tiene enemigos. Todo aquello que crea enemigos o disputas no es la Mente Universal”. (O’ Sensei)

“El primer carácter de aikido, ‘ai’ que significa armonía, se lee de la misma manera que el carácter que significa amor. En sus últimos años, Morihei acentuaba la equivalencia de estos dos significados”. (Budo, Las enseñanzas del Fundador del Aikido, pág. 24)

En efecto, esta fue su última definición de Aikido: La Vía del Amor. También son de Morihei estas proféticas indicaciones inspiradas por el horror vivido durante la 2ªguerra mundial, y que hoy día se hace tan perentorio o más que entonces poner en práctica:

“… la necesidad de unir cuerpo, mente y alma, la resolución de los conflictos en lugar de la confrontación; la vida cotidiana como un acto de culto, como una celebración; el mantener una forma de vida sana; la importancia de meditación regular, y el preocuparse por el medio ambiente y cuidar de él”. (O’ Sensei)

Si el buscador, ve que las palabras de O’Sensei y las de su propio sensei concuerdan, si ve que eso es lo que se practica en su tatami y, sobre todo, si ve que es eso lo que él está buscando, lo que quiere practicar, que entrene. Que entrene sin más, con constancia y confianza, todo llegará cuando tenga que llegar. Ni un solo momento antes, ni un solo momento después…

Un gran maestro Zen decía que el Aikido es Zen en movimiento. Una meditación activa. De hecho, no es el único método de meditación dinámica…

En nuestra escuela tenemos los brazos y las puertas abiertos de par en par para recibir o despedir con respeto y amistad a toda aquella persona que quiera entrar o salir. Si vienes buscando armonía y un mejoramiento personal sincero y hondo, aquí estamos intentándolo sinceramente todos juntos, aunque cada uno en su propia tarea.

“Cada uno de nosotros debe limpiar su propio corazón y pensar siempre en el bien de los demás”. (O’ Sensei)

Es lo que pretendemos en cada sesión…

“El Aikido custodia el Camino del Amor. Sin Amor, el mundo no mejorará nunca, Si no hay Aiki el mundo perecerá. Con Aiki manejad los tres mundos de lo manifiesto, lo oculto y lo divino, y proteged el mundo”. (ib.)

Aiki física, mental y espiritualmente. Aiki al completo. Esa es nuestra idea de Aikido, la que sabemos con certeza que es la que corresponde, y tratamos francamente de poner en practica estas indicaciones, dentro y fuera del tatami. Es nuestra intención, nuestro propósito lo que tan claramente señala O’Sensei:

“Empezad por purificaros a vosotros mismos y trabajad después para purificar el mundo”.

Nosotros somos nuestra principal tarea, nuestra primera obligación…

“En Aikido primero purificamos nuestro espíritu y luego debemos situar nuestros corazones en el bien”. (ib.)

¡Masakatsu agatsu katsuayabi!

Que no crees en nuestras formas, que tienes otras ideas, que buscas otra cosa, de acuerdo, seguro que tienes razón, buscar en otro lado es lo que debes hacer. Ya sabes donde dejas unos amigos…

Y, en este arte, lo mismo que en toda senda espiritual, los grados, son relativos. Se puede calificar la forma, los aspectos físicos, incluso la parte visible del musubi, la expresión del Aiki: la fluidez, la armonía de movimientos, la coordinación entre uke y tori, la estética… Pero el profundo desarrollo espiritual no es perceptible a simple vista. Puedo ser “Vigesimotercer Dan” moverme como un artista o como un ciclón y estar totalmente en pañales a nivel espiritual. Lo que hemos de intentar es no separar una cosa de la otra y practicar holísticamente desde el primer día,  el todo y cada una de las partes, cuerpo, mente y espíritu, siempre enlazadas desde el primer día, aquí y ahora.

Cada músico interpretando su propia partichela al servicio de la armonía de la partitura general…

Un consejo para los novatos:

Sed conscientes de que cada cual esta en el nivel que le corresponde, donde debe estar. Bien esta fijarse y tratar de emular al sensei y los sempais, pero siempre dentro de un orden, de un equilibrio, con naturalidad, sin exageraciones. El sensei y los sempais llevan practicando durante años, más que nosotros, tengamos paciencia, ¿hacemos todo lo que podemos?, entonces, ¿qué más podemos hacer? Solo queda entrenar cotidianamente, sin falsas, excesivas, expectativas. Tengo las condiciones que tengo, no otras, por edad, por forma física, por experiencia estoy donde estoy, en el punto espacio- temporal que corresponde, ¡aquí y ahora!, no puedo estar en otro punto, ni dar más de lo que tengo. Aprovéchalo entrenando, haciendo musubi primero contigo mismo. Enseña a tu mente a centrarse, a no exigirse de más. ¡Aquí y ahora!, es donde estas, donde debes estar, donde te corresponde, donde debes centrarte para lograr la auténtica victoria.

¡Importante!: el principiante nunca, nunca, es un estorbo, una rémora para el veterano, la  relación entre sempai y kohai es de interdependencia, no pueden ser uno sin el otro, ambos aportan ki, armonía, conocimiento. El Aikido es como la vida, todos somos interdependientes. Hijos de un mismo Padre. Partes integrantes de un Todo.

¡Masakatsu agatsu katsuayabi!

Esta es la misión de cada uno, su tarea en esta vida.

Bueno, creo que como de costumbre me he alargado. Quedo a vuestra disposición para todo cuanto este en mi mano.

Confiad en vuestros senseis y compañeros, y practicad.

KOKOROKARA KOKOROE

Lucio Álvarez Ladera