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Abierto
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¡¡GRACIAS!!
Ayer fue un día para el recuerdo. No soy persona que guste de homenajes. Acepté el de ayer porque venía de David Sáez al que tengo en muy buena estima. Según iba hacia el “poli”, comenté algo que he repetido en varias ocasiones: “Estos eventos (los homenajes), deberían darse siempre a título póstumo. Así no necesitas justificar tu ausencia”. La vida volvió a darme una lección -parece que nunca escarmentamos del todo y que hasta que “palmemos” tendremos que seguir aprendiendo-: ¡Nunca somos suficientemente humildes! “Si Quieres progresar en el Sendero, se humilde hasta perder totalmente tu ego, y cuando lo hayas conseguido, se más humilde aún”. ¿quién más que un sentimiento de falsa humildad, dictaba esa engreída frase? La vida volvió a darme una lección, la vida y vosotros. ¡Qué alegría veros! ¡Qué agradabilísima sorpresa! Ver reunidos, a varías generaciones de aikidokas, de buenos amigos. Poder saludaros Esa sana alegría, ese grato reencuentro, es otra de las muchas cosas que tengo que agradecer a la Vida, a las circunstancias que lo han favorecido. Seguramente si no estuviese en la situación en que estoy, no se habría podido realizar este encuentro. ¡Gracias a los que estuvisteis presentes y a los que no pudisteis venir!, ¡os echamos de menos! No sé de quién o quienes fue la felicísima idea, pero me disteis en todo lo alto. ¡Y encima me servisteis de merendar!¡La tortilla riquísima!¡Gracias Macarena! Y hasta tuvisteis el acierto de no poner gambas, con lo que pude estar con Serafín (El más rápido a este lado de la frontera) sin correr el riesgo de quedarme sin merienda.
Para despedir este agradecimiento.
De la Biblia he extraído esta frase que me parece oportuna:
“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes”.
(1 Pedro 3:8)¡UN SINCERO ABRAZO
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