Intentamos llenar nuestra vida de cosas, de experiencias, de sensaciones, de placeres…
Entre todo ello, de alguna manera, se encuentra intrínseco el OCIO.
De vez en cuando, nos proponemos hacer cosas con una fecha, o en un periodo… Cuando pase la Navidad dejo de fumar, en verano me apunto a clases de natación, en Octubre empiezo Pilates…
Hay gente que llega al Aikido de esta manera… En ocasiones, apenas han estrenado kimono y abandonan la práctica. En otras, el kimono se lleva unas cuantas lavadas… y pasa a ocupar un rincón olvidado del armario.
Hace unos años, comentaba con un compañero Aikidoka la influencia que tuvo sobre el acercamiento a nuestro arte, de gran número de personas, coincidiendo con el estreno y apogeo mediático del filme «El último Samurai». A alguna mente privilegiada se le debió ocurrir decir que aquello que allí se podía presenciar, era Aikido… En fin. No comment. Cierto es que la estética del Hakama, el bokken, los katanas, etc, ayudaba bastante a difundir este erróneo concepto.
De aquella época, un poquito posterior a la de mi comienzo de práctica, junto a este compañero; de aquel boom mediático, analizábamos que no había quedado nadie en la práctica más o menos continua…
Reflexionábamos sobre ello y él me decía que tenía la clara certeza de que esto que nos trae por aquí tiene una inherente selección natural. Y es curioso, porque tanto como «selección natural» quizás sea demasiado pretencioso, pero sí es cierto que la gente que se acerca al aikido, y de alguna manera persevera, es porque busca algo.
Esto nos convierte en buscadores. Buscadores de verdad, de la esencia de nuestra existencia, de unirnos a la fuente de la que en algún momento todos fuimos uno y lo mismo y, quizás, el anhelo de volver a esa fuente.
El aiki que emana de la práctica, de la ética, del compromiso, a muchos no nos resulta casual ni indiferente.
Visto desde fuera, es casi imposible apreciar nada de todo esto, pero quizás, esa «selección natural» sea la que de alguna manera hizo que cuando no veíamos nada desde fuera decidiéramos dar un primer pasito y empezar a caminar por este sendero…
Unos lo llaman destino, otros casualidad, algunos ocio… Quizás, de estos dos últimos tipos de personas, por estos lares, apenas haya nadie.
Un saludo a todos los buscadores.
Diego
P.D.: Y cómo maneja Tom Cruise el bokken a una mano, eh??? Da gusto…
P.D.2: Ah, y Matsumoto tenía razón: «Todas (las flores de cerezo) son perfectas».
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Que me gustó mucho la peli. Qué passsa…?