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¡Estupendo, David!
¡Siglos de evolución espiritual en las artes marciales, costó llegar a ese principio!
La ‘mutua preservación’, que sustenta y da significado de transcendencia al Aikido y explicita la ley universal de la Unión, Amor o Armonía, hace posible que un arte de combate se convierta en una auténtica Vía del Espíritu, deje de ser combativo, y permita a sus practicantes pisar el umbral de la realización espiritual.

O’Sensei: «Hay artes marciales del cuerpo y artes marciales del espíritu, el Aikido es un arte marcial del espíritu».

En cierta ocasión O’Sensei manifestó con cierta pesadumbre: «Vuelvo la vista atrás y no veo a nadie siguiendo mis pasos».

Si decía esto de sus alumnos directos, podemos imaginar qué diría viendo el panorama actual de su arte.

Para la competitiva sociedad humana, es muy difícil entender este principio de ‘mutua preservación’, y menos aún su alcance.
Siendo así, como es, para los propios aikidokas, ¡no digamos, entonces, qué será para los practicantes de otras artes de guerra no evolucionadas en ese sentido!

La mutua preservación, cómo tú bien dices, es considerar a uke y tori como una y la misma cosa. Y, por extensión nomo-lógica, natural, a todos los seres humanos como una unidad; y por la misma regla lógica, a todo el universo como una conjugación indisoluble, un ‘cuerpo’ único.

¡Gracias!
un abrazo.
Lucio