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Abierto
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De Los guerreros de la luz.
¡Estupendo Diego! Te superas en cada artículo. Da gusto leerte. Cada vez escribes mejor.
Tu artículo está lleno de calidad, sentido, profundidad y verdad.Pero…
¿Ese comienzo?:
¿Aburrido? ¿Siempre lo mismo?
¿Estamos hablando de Aikido?, ¿de Takemusu Aiki?
Takemusu Aikido es afrontar valientemente la constante creatividad, la constante evolución. No estancarse nunca en la forma, no aferrarse a un dogma. ¿Cómo puede resultar aburrido o monótono lo que evoluciona y crea constantemente?
Takemusu Aiki es justamente lo contrario, es tener el valor de no acomodarse -que es a lo que tienden el cuerpo y la mente-, de no arregostarse a nada.Te lo aseguro, nunca me he aburrido practicando Aikido. Nunca me ha parecido igual una técnica. Aunque la haya repetido miles de veces, cada vez era distinta. Ni siquiera cuando trataba de ‘ser el mejor’, de controlar y dominar cada técnica, me aburría. Ni me aburre ahora, tras 48 años de practica, insistir en los detalles.
Ni me aburre insistiros. Me estimula.
El sendero puede resultar difícil, abrupto, fatigoso; incluso confuso en ocasiones, pero ¿aburrido?, ¿monótono?
¿De dónde salen ese aburrimiento y ese ‘siempre lo mismo’?
Creo que ya lo sabes, que todos los que estamos en esto lo sabemos.
Quizá si no pretendiésemos controlar nada y nos limitásemos a fluir…, a vivir la armonía y la unión…
Tú mismo lo dices en este artículo: “Camina, entrega, libera, fluye, únete y acepta”.¿Entonces?
Un camino no es tal si no se sigue. Está en cada uno y es lo que cada uno hace que sea. Nada nos viene de fuera. Nadie va andar por nosotros. Pueden ayudarnos, indicarnos, guiarnos, pero nada servirá de nada si no andamos nosotros. El Ki, el amor y la armonía está en nosotros. ¡Somos! ki, amor y armonía. Cómo lo manifestemos en este mundo, depende exclusivamente de nosotros; de cada uno de nosotros.
Con esta glosa no pretendo coartar vuestras opiniones, ni inducir a que os expreséis dentro de lo ‘políticamente correcto’. Al contrario, si por no ‘molestar’ guardáis vuestras sensaciones para vosotros mismos, perderemos -me incluyo porque vuestros ‘defectos y virtudes’ son los míos- la ocasión de comprender y de avanzar. Solo quiero aclarar. Llamar a la atención, no la atención. A la introspección.
En fin, gracias amigo, hermano, por tus hermosas aportaciones y por abrir tu corazón en cada escrito. Haces que algo en el nuestro también se abra.
Verbigracia: Me has animado a mostraros una historia-leyenda de Tilopa -el místico budista que desarrolló y transmitió el Mahamudra Yoga- y los versos de El Canto del Mahamudra. Creo que viene al pelo y que te/nos van a recordar alguna cosilla.
Un abrazo y gracias de nuevo.
Lucio Álvarez Ladera
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