Roberto
Guest
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15 marzo, 2016 at 00:16 #3174

Es una crónica estupenda David, algún día entrarás en la meditación y cerraremos el círculo.
Estupendo día disfrutando de las armas y de nuevos trabajos.
El horizonte es infinito en Aikido con y sin armas y esto me hace no parar y no ver el fin de este hermoso arte.
Aprendemos a diario pero no sólo Aikido sino aprendes de la vida en lo más profundo y espiritual.
Hermoso grupo tenemos y tenemos el deber de cuidar de ello con mucho trabajo y mucha dedicación.
Un fuerte abrazo a todos.